Traductor


Traductor
| | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | |

EL ESPEJISMO

 

   
¿Será cierto lo que ven mis ojos, a plena luz del día? O es qué contrario a mi entendimiento, ¿no es más que el juego que mi mente realiza como si fuera un compendio de mi propia antología?

    Pueda ser que esté ciego del bagaje de mi andar, cuyas esperanzas se depositan en los anhelos del arco iris que se dibuja en la cristalina de mi atento mirar.

   ¿Soy lo que fui, o seré lo que pude ser? Las calientes dunas de la existencia no aclaran ni mi presente ni mi porvenir mucho menos aclarar las dudas de mi supuesta omnipresencia. He ahí el divagar de mis penurias y la alegría de mis interpretaciones que pululan y al mismo tiempo disimulan.

   Ayer creí ser más feliz que lo que mi corazón hoy sentiría; sin embargo, el pasado se hace presente cuando el futuro no contempla la quintaesencia de mi porvenir; ¿seré acaso tan exigente como para evitar ver más allá de mi nariz como nabucodonosor?


   El caminar es un letargo y mi propia sobre vivencia me obliga a avanzar a una lucha sin par, de vivir o morir, sin ni siquiera hacia atrás mirar. Polvo, viento y tropeles hacia adelante minan mi campo de visión, que sería lo menos porque preocuparse si lo negro es blanco y lo gris es simplemente una quimera de mi soledad.


   La probabilidad de toparme con una fuente hidríca o un oasis, es más alta que alcanzar la verdad de los rostros pétreos y las máscaras de la total humanidad.  Mi andar es más despacio, cada vez que quiero las respuestas de tanta interrogante; como si cargara más de un topacio, y no quisiera escuchar más excusas que omitan poder seguir adelante.

    ¿Tu amor es un espejismo? ¿La sensualidad de tu cuerpo lo es? vivir bajo esas premisas no me agobiaría tanto como considerar que tu corazón expulsa carmesí ante la daga de la falsedad y la perversión. Entre más te invento más te quiero; entre más eres fantasía más es mi profunda lealtad al deseo. Tocar una imagen difuminada no es más que acariciar con la punta de los dedos la luz violeta del fantasma de mis sueños.

    Beso la carne, violento el erotismo y absorbo la sabia de tu significado, porque no hay mayor dolor que despertar sin ti, que dormir trémulo incesante por no verte al volver mis ojos a la realidad.

   
No importa si no contemplo una figura morfológica de mi costilla en mi alucinación, mientras pueda penetrar el tibio contorno de las fauces de tu continuidad.  Abrigar la ilusión que eres mía, no es más que comparar al prisionero de alcatraz deseando el verde contacto del inmenso jardín del capataz. 

     He bebido la vitalidad entre mis dedos, y he sentido el calor del astro, mientras la arena cubre mi cuerpo, solo aspiro a que dentro de mil años en un sarcófago se desentierren todos mis recuerdos.

      Al final, nada de lo que he visto ha sido real, como más veraz lo que he descrito con total libertad, he ahí la diferencia entre vivir y morir, pero más entre el olvido y el existir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario